Una fiesta más que celebramos en
nuestra querida Melgar y una oportunidad
más en la que tenemos que seguir
diciendo, que si no cambiamos vamos a morir como ciudad turística. Los comerciantes por falta de conciencia ciudadana
y de una oficina de precios, pesas y
medidas que seguramente a muchos no les conviene, siguen abusando con las
tarifas de restaurantes hoteles,
cafeterías, transporte, y casi en todo lo que tenga que ver con el negocio
turístico.
El gobierno municipal cada día más
tolerante con la venta de artículos
callejeros, que sólo afectan el comercio organizado que paga impuestos así sea
evadiéndolos; la inoperancia del sistema de tránsito municipal que no logra
articular con la policía un plan de
movilidad que permita el desarrollo de las actividades culturales y que a la
vez no colapse el tráfico local.
Este año la exclusividad de la venta
de licores fue para una marca extranjera, seguramente pagando costosos derechos
para la venta de productos como la
cerveza, en el sitio de los conciertos, cosa que incomodó a los vendedores formales
e informales que en esta época del año se benefician de estas actividades, la
distribución de agua envasada de Girardot que perjudico a los comerciantes de
Melgar, la expedición improvisada de los decretos que regulan la movilidad y el
funcionamiento de establecimientos de comercio, incomoda a los
visitantes y perjudican a los
residentes; tanto que hasta dirigentes políticos de todos los sectores
incluidos los del mismo partido de gobierno coinciden como nunca antes en
criticar cada cual a su manera dichas medidas por falta de sustento jurídico y
socialización con la comunidad.
Melgar sigue recibiendo turismo pero no de la calidad que se quisiera,
la ciudad se está quedando rezagada con respecto a otros centros turísticos de la región y del país, es común escuchar
porque a Melgar no llegan grandes inversiones inmobiliarias, la causa está en
lo complejo del territorio donde escasea el suelo urbano apto para este tipo de
desarrollos, donde el Ministerio de Defensa acapara casi toda la tierra disponible para
desarrollo urbanístico, y donde el PBOT
anterior estaba lleno de restricciones entre ellas las que impedían construcciones superiores a 4 pisos, lo que
hizo que inversionistas hoteleros no se fijarán en Melgar para sus grandes
proyectos; ahora con la modificación del
PBOT se espera, como ya se conoce y se está evidenciando que se reactive la construcción
posibilitando que a Melgar lleguen las grandes inversiones en el
sector turístico e inmobiliario.
La gran ciudad turística agoniza como un enfermo terminal en cuidados
paliativos y en cada temporada revive para después recaer, hace falta mucha
conciencia ciudadana de los operadores
turísticos en general, ya que están totalmente divididos y no quieren aceptar sus
errores pero si quieren seguir en la improvisación que ha llevado a la ciudad a este caos donde la mala
calidad de los servicios turísticos es el común denominador; el gobierno municipal ha tratado de organizar
y ejercer control pero la falta articulación institucional, concertación gremial y comunitaria, así como
buenas maneras en algunas
secretarias claves como Secretaría de Gobierno, para organizar la ciudad aleja la autoridad de la comunidad, el
gobierno ha manifestado buenas intenciones pero le faltan ganas, empoderamiento e iniciativa, y ante todo por causa de la ineficiencia
administrativa y malos procederes de algunos de sus funcionarios cada día
pierde más credibilidad y legitimidad ante la ciudadanía.
Donde están los concejales y los
diputados, que son nuestros voceros y
representantes políticos? Todos ya sea en la oposición o aliados del gobierno
están pendientes de su representación en la partición de la mermelada y lo
demás no importa, tal fue el caso del Terminal de Transportes de Melgar donde
la inversión es 80% privada y hoy está estancada por falta de dinamismo de
los gobiernos municipal y departamental;
los diputados y concejales solo están pendientes de su representación
burocrática unos, y de cómo
torpedear el proyecto, los otros; mientras tanto se aplaza buena parte de la
solución del caos de movilidad de la ciudad.