Cuando se elige un alcalde, es el
resultado de unas propuestas de campaña que se hacen creíbles y la
comunidad apoya buscando siempre el
desarrollo y progreso de la ciudad.
En las propuestas estaba la
continuidad de un proceso iniciado en el mandato del anterior alcalde que, se
dio con gestión y con resultado en obras
que beneficiaron a varios sectores de la población, especialmente a los niños y
jóvenes con escenarios deportivos y culturales. Pero además se dejaron
presentados proyectos en busca de financiación que fueron avalados finalizando
su periodo, pero ejecutados ya en la administración del actual alcalde Miguel
Parra.
En ese orden de ideas vemos como
en la administración de Miguelito se inicia otro proceso de desarrollo en
Melgar, que no es muy conocido en la comunidad a excepción de aquella que
resulta directamente favorecida, porque ha sido un alcalde que poco o nada le ha gustado inaugurarlas con bombos
y platillos, es decir no hace lo de la gallina cuando pone el hueco, que sale a
cacarear para que todos sepan que puso el huevo.
Al momento es el alcalde del
Tolima que más obras ha entregado en sus dos primeros años de gobierno, es
quien ha logrado más recursos en las OCAD, es de las pocas alcaldías que no
registra devolución de proyectos por contar con un buen equipo en esta labor.
Si bien es cierto ha delegado en algunos de sus secretarios responsabilidades
en actos públicos donde considera no es de vital importancia su presencia, no
quiere decir, como algunos dicen, que descuida su relación directa con la
comunidad. Es sabido, que su única aspiración era llegar a ser alcalde y que no
tiene más aspiraciones políticas, esto lo hace ver por parte de algunos, como
si poco le importará el futuro político del grupo que lo respaldó. Las
decisiones derivadas de actos administrativos como el espacio público y la
organización territorial con el PBOT, lo hacen un alcalde poco querido por
parte de comerciantes y por supuesto el comentario crudo de la oposición.
Obras como la calle 8, la avenida
de La Paz, la calle de La Guarapería, el
alcantarillado con el cual se solucionó el problema de las inundaciones en el
mismo sector, y que se venía pidiendo a varias administraciones; la terminación
de escenarios deportivos y centro de integración, la recuperación de varias
vías urbanas en diferentes barrios e igual el mantenimiento de las vías
veredales, a pesar que en sus primeros días de gobierno fue retirado el kit de
maquinaria de la Gobernación; la compra de maquinaria, la adquisición de
equipos para bomberos y el apoyo a la Defensa Civil, la terminación y ahora
dotación de la central de urgencias Louis Pasteur; su preocupación por dejar en
cada sector una obra prioritaria, y especialmente por entregarle a Melgar la
que él considera la mejor casa de la cultura y el estadio municipal con pista
de patinaje y atletismo.
Su estilo bonachón y sencillo no
le quita nada de su carácter fuerte, que en algunos casos, lo enfrentan con sus
aliados políticos por no aceptar a veces sus exageradas peticiones.
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