Melgar está en la temporada alta de vacaciones. Por
tradición, a Melgar llegan los turistas después del 28 de diciembre y hasta
finales de enero. Este año no ha sido la diferencia y ha tenido buena afluencia
de visitantes, lo que representa buenos ingresos para hoteleros y comerciantes
en general; sin embargo no se quiere aprender de los errores, siguen ofreciendo
lo mismo de lo mismo, no dejan las malas prácticas con los abusos en precios,
especialmente en hoteles, restaurantes y servicio de taxis.
Hay que reconocer el buen servicio del suministro
del agua, aunque el servicio de energía fue pésimo los días 24 y 31, cuando los
comerciantes atendían a sus compradores; y qué decir del servicio de aseo y
recolección de basuras, no hubo plan de contingencia, al pretender continuar
con el habitual sistema en época de temporada baja y por consiguiente, la
demora en la prestación del servicio en algunos sectores.
La movilidad vehicular colapsó y sigue igual, han
fallado la Secretaría de Tránsito y la Policía encargada del orden y el control
de las vías, especialmente en los estacionamientos prohibidos por decreto,
descuidaron las vías internas que terminaron en total caos. Sumado a esto, la apatía,
poca colaboración y negligencia de la Policía de seguridad y el desinterés de
los auxiliares, que no intervienen cuándo se presentan los trancones argumentando
que esa no es su responsabilidad, en este sentido la calificación es de total
inoperancia. Ya es hora que las
administraciones piensen en volver con el cuerpo de tránsito municipal, con
personal calificado y dedicado a este control de la movilidad local; y también
que la Secretaría del ramo realice campañas preventivas serias, bien diseñadas,
llegando al objetivo final que no es otra cosa que el orden, pero está jugando
a la improvisación; demostrando una sola cosa: le está quedando grande la
organización de la movilidad.
Otro caso de preocupación es la alta presencia de
habitantes de calle en diferentes sitios del municipio, lamentablemente Ellos
hacen que el turista sienta inseguridad y a la vez proyectan una mala imagen de
la ciudad, esa es tarea de la Secretaría de Desarrollo Social. Por su parte la
secretaría de Turismo, la más responsable en el desarrollo de este renglón, brilló
por su ausencia, al menos eso es lo que se percibe; la falta y diversificación de
actividades y/o eventos que motiven a nuestros visitantes, tampoco desarrolló
una campaña bien estructurada de fortalecimiento turístico, por ningún lado se
vio a los grupos o brigadas de guías e información, debidamente capacitados,
identificados y uniformados; al parecer
se limitó únicamente al servicio de información desde las casetas (PIT).
Esto demuestra que no hay una sincronización entre las diferentes secretarías, para
enaltecer, posicionar, y hacer trascender positivamente la imagen de Melgar
como destino turístico; que el plan de contingencia para esta temporada quedó
en una simple reunión, en letra muerta, su ejecución ha sido mínima por no
decir que nula.
El comercio informal ocupando el espacio público es
otro tema que preocupa, que sigue siendo un dolor de cabeza, porque se toma los
andenes vendiendo cualquier cantidad de productos como calzado o prendas de
vestir, sin dejar de mencionar los puestos de comida que instalan sin ningún
control sanitario. A este problema socioeconómico hay que buscarle una solución
pedagógica y social, acorde a la Ley, entendemos que no es un hueso fácil de
roer, hay que trabajarle duro, dedicarle mucho tiempo, con argumentos, con
racionalidad para no caer en el facilismo,
la inmediatez, la injusticia y los excesos, que solo lleva a cometer
errores graves, y entonces se nos vuelve el remedio peor que la enfermedad.
Se requiere entonces una
mayor atención por parte del gobierno municipal exigiendo a los diferentes
entes el cumplimiento de sus obligaciones, al parecer los grandes planes y
anuncios de cambio están quedando solo en papelitos de escritorio; igualmente
es necesaria una integración con los empresarios del sector turístico,
esto puede evitar un desplome, sin embargo, se advierte que si los
esfuerzos no se realizan de manera conjunta, Melgar se mantendrá estancado e
incluso cabe la posibilidad de que pierda su lugar como destino turístico.
Si se logra hacer bien la
tarea, se verá
reflejada en el buen desarrollo de una temporada turística, organizada,
ordenada y con una evaluación alta; tristemente hasta hoy tenemos que decir lo
contrario, fue un coctel de caos, desidia, altos precios, anarquía, ausencia de
gobierno y autoridad. Ojalá que en este puente de reyes, sea todo lo contrario…
¡amanecerá y veremos!
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