jueves, 1 de febrero de 2018

Los polítiqueros: ¿Una especie en vía de extinción o de reproducción?



El próximo 11 de marzo se realizarán las votaciones para elegir los senadores y representantes, es decir, el Congreso de la República.
Los Senadores se eligen por votación nacional, dicho de otra manera, un aspirante costeño al senado puede venir al Tolima por votos, al igual que un tolimense puede ir al Llano, o a cualquier otro departamento a convencer votantes y lograr el número de votos que lo harían Senador. En el caso de los Representantes la votación es territorial, es decir, se eligen los representantes del departamento.

Hoy en día se ha caído tan bajo que ya no importa la ideología de partido, es decir da lo mismo azul, rojo, verde, de derecha, izquierda, de centro, lo importante es convencer. Por esta época las comunidades, muchas veces sin conocer de su candidato, votan por el que le diga el jefe, o el líder, y así se cierra el ciclo de contratar quien impulse o promocione al aspirante, muchas veces sin conocer ningún compromiso a favor de la ciudad y de sus gentes; a la postre es un negocio más electoral, o mejor, una oportunidad de los mercaderes para negociar el voto familiar, de los amigos y de los incautos.

Abren sedes, contratan publicidad, montan vallas, pasacalles, se compromete a la gente con afiches en sus casas, hacen reuniones con carne y cerveza, para hacerla atractiva, se prometen puestos, vivienda, estudio, arreglo de vías, se saluda de mano, así se las laven con alcohol al terminar la velada,  y palmadita en la espalda, toman de todo lo que se les ofrece, son demasiado amigables, cuentan chistes, es decir descrestan con su manera de reclutar el voto.

Cuando ya es elegido el Senador,  muy difícilmente se vuelve a ver; como no hay compromiso de gestión a favor de la ciudad y sus gentes, a excepción de algunos cargos públicos que dependen del cumplimiento de la votación acordada con el encargado de la campaña, y que lo pueden llevar, como reconocimiento a su trabajo, a ser nombrado en importante cargo para él o para algunos de sus familiares.

Para muchos es la oportunidad de hacerse a unos buenos pesos, porque creen o piensan que tienen el favor popular, o que su sueño se puede hacer realidad, porque del resultado de los votos que logre, se medirá su liderazgo y lo deja con opción o no, de aspirar a cargos de elección popular; también es el momento de hacerse a un número determinado de votos, que le van a servir para ponerse precio y poder entrar a negociar en una nueva campaña electoral.

Pero lo grave de lo que se viene presentando en esta campaña electoral, es el abandono de principios, el alquiler de conciencias, y a cambio de puestos, dinero, contratos, o lo que sea, se termine apoyando tramposos y avivatos que se apoderan de los partidos para que desde sus puestos de elección popular, sigan  cometiendo su pillaje; y en cambio es lamentable y condenable que no se favorezca con el voto popular, a quienes dan muestras irrefutables de pulcritud, que a decir verdad son muy pocos, pero que desean el cambio real de las prácticas actuales, y que son la única esperanza que tenemos los colombianos de buscar una salida a este desfiladero al que nos está conduciendo la corrupción y la politiquería.


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