jueves, 7 de diciembre de 2017

MELGAR Y El PBOT: ¿bondades y progreso?, ¿látigo y garrote?

MELGAR DE PUEBLO A CIUDAD

El ordenamiento territorial es una política que permite maximizar la eficiencia económica del territorio, estableciendo su cohesión social, política y cultural en forma sostenible. Es un instrumento técnico y normativo de planeación y gestión de largo plazo; es el conjunto de acciones y políticas, administrativas y de planeación física, que orientarán el desarrollo del territorio municipal por los próximos años y que regularán su desarrollo.

Las ciudades deben crecer ordenadamente, de manera tal que los recursos con que se cuenta para el desarrollo de la comunidad, se empleen eficientemente y de manera sostenible en el tiempo. El PBOT, nos pone de presente que no todo está permitido, y que lo que sí está, debe ser en función de la obtención del desarrollo más equitativo posible.
Una ciudad destino turístico debe ser una ciudad ordenada, planeada, organizada y sostenible, no podemos esperar menos de nuestra ciudad. Cuando el ejecutivo, en nuestro caso el alcalde, decide aplicar el PBOT para buscar el desarrollo y por ente la organización del territorio, se convierte en el funcionario más impopular, porque ese paso de pueblo a ciudad requiere el sacrificio de la comunidad y especialmente del comercio.

El traslado de negocios del centro turístico incomoda a algunos, especialmente a quienes se lucran de los arrendamientos; hace sentir nerviosos a los comerciantes, pero cuando conocen las bondades y oportunidades que trae consigo el ordenamiento territorial, simplemente se acomodan en su nuevo sitio y con todos los afines del negocio terminan agrupando la actividad en sectores especializados en un ramo, aportando al desarrollo comercial del municipio, reflejado en ventas y progreso, y con mucha voluntad de hacer parte de los procesos de ordenamiento.


No está bien, si se quiere una ciudad organizada, tolerar el desorden, la ocupación indebida del espacio público, la instalación de bodegas, talleres y ventas de cualquier tipo de negocio en lugares caprichosos y salidos del orden, esto termina generando un efecto contrario en lograr el aumento de las ventas y caos en el control urbano. No hay que mirar el PBOT como un látigo que afectará las actividades económicas y comerciales de Melgar. Cada cual tiene su propia óptica al respecto; cada cual habla de la fiesta según con quién le toque bailar, con la bonita o con la fea.


  

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