 |
| Turismo Melgarense |
Próximos
a iniciar la temporada alta del turismo en nuestro municipio, teniendo en
cuenta que pasada la celebración navideña llegan los turistas a recibir el
nuevo año en Melgar, es bueno reconsiderar algunos aspectos:
Melgar se ha convertido en un destino turístico, que para algunos es costoso, y para otros no tiene atractivos diferentes a la rumba, piscinas, drogas y prostitución; imagen que debemos cambiar si de verdad queremos conservar nuestra fuente de empleos e ingresos; no es posible perpetuar en el tiempo si no tomamos conciencia, tanto comerciantes, la administración municipal y las autoridades de policía y control.
Los comerciantes, en el servicio, atención, precios, buena presentación y amabilidad de los dependientes, decoraciones atractivas; la administración municipal en el desarrollo de políticas públicas, por un lado en la defensa de los comerciantes en cuanto a impuestos y tarifas de servicios públicos, y por otro la diversificación de actividades que se ofrece a quienes llegan a visitarnos y no aquellas que ya no despiertan interés porque siempre se encuentra lo mismo, aquí hay que ser creativos e innovadores; y por su parte, las autoridades de control y de policía, apostarle a nuevas estrategias, ser preventivos y no represivos, ejercer el orden sin caer en los excesos, la persecución y el autoritarismo.
Si bien es cierto en seguridad se viene avanzando, no es menos preocupante la presencia de la delincuencia vecina que llega los fines de semana o temporadas, y con los nuestros que aunque se conocen, se persiguen, se detienen, pero las autoridades son demasiado garantistas de sus derechos y terminan dejándolos libres o, según el fiscal de turno porque no tienen antecedentes no presentan peligro para la sociedad, y cuando más, termina dándoles la detención domiciliaria que en la mayoría de los casos es burlada.
Melgar ha cambiado y como lo dice en su himno, ciudad cosmopolita, debemos avanzar; la administración y todos quienes vivimos y queremos nuestra ciudad, estamos comprometidos con su futuro, la aplicación del nuevo plan básico de ordenamiento territorial nos abre las puertas del desarrollo, de la organización comercial, de nuevos negocios, nuevas oportunidades, más conocimiento y experiencia.
Hay que hablar con franqueza, sin necesidad de armar alborotos ni de espelucarse, sin agua en la boca, pero con respeto; decir las cosas con crudeza, aunque duelan, ya que los problemas no se arreglan escondiéndolos debajo del tapete; entonces, o miramos a futuro, le apostamos todos juntos al cambio, o nos contentamos con ver pasar a los turistas hacia otras ciudades que sí han avanzado en servicios y diversificado sus productos y actividades; porque en esas ciudades, comerciantes y autoridades son más agresivos en sus esfuerzos turísticos, son mucho más ordenados, visionarios y coherentes en su actitud y su discurso.
