lunes, 4 de diciembre de 2017

VUELVEN LOS MERCADERES DE LA POLÍTICA. ¡Ya no se les cree, ni con crucifijo en mano!


Próximos a una contienda electoral para la elección de senadores y representantes, es decir el Congreso de la República, vale la pena considerar algunos puntos esenciales para esta época electoral.
Si bien es cierto la elección de senadores es de circunscripción nacional, es decir los aspirantes pueden adelantar campaña en todo el territorio nacional, no necesariamente los compromete con los votantes o la región.

Es bien sabido que ésta búsqueda de votos tiene su costo, también es conocido del mercado electoral, es decir los mercaderes de votos que comprometen una votación local a cambio de unos buenos pesos pero sin ningún compromiso a favor de la comunidad; tal vez, el único compromiso es el cambio de votos por pesos y la ubicación en cargos de parientes y amigos más cercanos, usan la cultura del avivato para apoderarse de la tajada electoral, sin las mínimas muestras de pulcritud, cosa tan lamentable como condenable.

Unos siguen lineamientos de sus jefes políticos, en algunos casos gobernadores, que tienen su interés personal y aprovechando su posición y presupuesto, lanzan programas y crean expectativas como los mejoramientos de vivienda, que aunque son reducidos hacen creer al pueblo que son suficientes para solucionar una de las necesidades más apremiantes de la comunidad, y entonces junto con sus representantes,  algunos concejales, mueven el mercado electoral con el lleno de formularios pero a cambio de comprometerse con el voto para el recomendado del jefe.
Otros, vuelven buscando nuevamente el respaldo electoral, sin haber cumplido los compromisos con quienes se encargaron de promover su candidatura y conseguir su elección; quieren hacer conejo por segunda vez. Este es sólo un ejemplo de cómo, al momento de los negocios, los diferentes políticos comen del mismo plato, manejan el cinismo y la desvergüenza, mientras de dientes para afuera pregonan pulcritud.
En los últimos años, se ha respaldado candidatos al senado de otras regiones, costeños, huilenses, cundinamarqueses, santandereanos, que nada han aportado para el desarrollo de la región y sus comunidades, también se da la resurrección de los muertos políticos que creen tener todavía el respaldo popular y salen a ofrecer al mejor postor sus recuerdos. Sería bueno que se hiciera un análisis de  esta conducta que termina en el negocio para los mercaderes y en el logro de otros, para colocar y llevar a sus familias y amigos más cercanos a buenas posiciones, mientras el pueblo que les cree sigue esperando mejores oportunidades.

También hay que tener en cuenta que el aspirante al senado tenga el respaldo político de su partido y del aspirante a la Presidencia de la República, y que no pase, como en la visita de Germán Vargas al Tolima, que en Ibagué prefirió el equipo conservador del gobernador Barreto desconociendo a su anterior equipo de partido y actual senadora, lo que evidenció el alejamiento de la casa Martínez Rosales.

El voto es sagrado y no debe ser negociado, es deber del elector hacer su propio estudio de los candidatos, conocer sus propuestas, su capacidad de gestión, su respaldo político, su seriedad y compromiso, y decidir en las urnas quien va a ser su representante para buscar el desarrollo y progreso de su región y comunidad; que los ciudadanos recuerden, quiénes traicionaron su confianza, quiénes se negaron a actuar con ética, para no volver a caer en el error de siempre: respaldando viejos politiqueros, corruptos, mercaderes y cómplices de la miseria que sufre nuestro pueblo.





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