Por:
Osnogo.
Una
vez más nos sorprende el actuar del grupo mayoritario del Concejo en Melgar,
esta semana al final de las sesiones ordinarias donde se estudiaba en
comisiones los proyectos presentados por el ejecutivo por el cual se adopta el
Plan de Desarrollo para el municipio de Melgar para el periodo del 2016- 2019, y
el proyecto por el cual se ratifican unas facultades otorgadas al alcalde
municipal; un tercer proyecto para derogar
facultades al alcalde, presentado por iniciativa del grupo mayoritario de concejales.
El
tema del plan de desarrollo todos sabemos es la guía, el motor para el
desarrollo del gobierno del alcalde municipal; el de ratificar las facultades
es un requisito de la entidad crediticia para desembolsar el préstamo a la
sociedad de la Terminal de Transportes de Melgar y no es más que ratificar por
parte del actual concejo las facultades concedidas al anterior alcalde para la
constitución de la sociedad de economía mixta y la dación en pago por las
acciones del lote de terreno donde se está construyendo la terminal, cuyas dudas fueron despejadas por los miembros
de la Junta Directiva de la Terminal; y el de las facultades, proyecto
presentado por los concejales del grupo “opción
conservadora”, es simplemente dejar al alcalde sin facultades para
contratar, firmar convenios, atender emergencias, es decir que todo lo que vaya
a contratar, firmar o desembolsar debe ser autorizado por el concejo, y en estas
condiciones maniatar al alcalde para su normal funcionamiento en la
administración municipal.
Si
no es aprobado el proyecto del Plan de Desarrollo sin argumentos, sin
sugerencias o modificaciones que habrían sido estudiadas por el ejecutivo y
conciliadas, simplemente se estaría traicionando el querer de la comunidad,
porque es solo el fiel reflejo de las necesidades de la población, que fueron
debidamente socializadas en diferentes mesas de trabajo que se realizaron por
los diferentes sectores del municipio.
El
negar la ratificación del acuerdo para la sociedad de la Terminal de Transporte,
solo sería, arriesgar la terminación de
una obra que es fundamental para el
desarrollo de la ciudad, se suspendería y la sociedad
podría entrar a demandar por perjuicios y lucro cesante con
repercusiones onerosas que solo afectarían el patrimonio del municipio.
Y el
retirar las facultades concedidas al alcalde para el buen desempeño de sus
funciones, sería solo amarrar la administración para, según los concejales, ejercer mejor control a los recursos del
municipio, y exigir que todo el manejo presupuestal, de contratación y firma de
convenios deba ser autorizado por el concejo.
El
nuevo manejo de las relaciones del grupo ahora por parte del concejal de Opción
Ciudadana, que direcciona las decisiones desplazando a quienes habían figurado
como cabezas visibles y con la experiencia de haber sido en el gobierno
anterior miembros del concejo, y quien controla el actuar no solo de su
compañero de equipo sino de la bancada conservadora y del inexperto joven del
partido Asis, quienes a la primera señal cuando los funcionarios iban a iniciar
la exposición y gritando que no tenían garantías se retiran del recinto
emulando las actuaciones de la bancada conservador en el anterior periodo legislativo.
El
haber citado a los secretarios de despacho con un cuestionario debidamente
redactado y consultado por todo el grupo y después de haber aprobado el orden
del día, con el argumento que la respuesta al cuestionario no había llegado a
tiempo, deciden aplazar la intervención de los funcionarios y trasladar la citación
para las sesiones del mes de agosto, no
es más que la muestra del desconocimiento del tema a tratar, la inexperiencia
del joven ponente y las posibles consecuencias por las decisiones que allí se
tomen; pero además, el irrespeto con los funcionarios a quienes no permitieron
su exposición que seguramente habría servido
para despejar dudas y conocer mejor el estado financiero y de gestión del
municipio.
El día sábado cuando en plenaria se
apruebe o no los proyectos, solo queda la duda de saber si lo hicieron con
pleno conocimiento de lo actuado o simplemente para favorecer presiones
políticas o de índole personal.