martes, 31 de mayo de 2016

La verdad verdadera sobre la terminal de transportes de Melgar.


Por: OSNOGO

Si bien es cierto el lote de terreno que se compró con el fin de la construcción de la terminal de transportes de Melgar, se hizo durante la administración del Ingeniero Alejandro Martínez, también es cierto que durante las administraciones de Eduardo Táutiva y Gentil Gómez, se revisaron algunos temas de dicha compra y se aclararon otros que se finiquitaron debidamente para proceder, por acuerdo del honorable concejo de Melgar, a autorizar la constitución de la sociedad y  entregar el lote  como dación de pago por la participación accionaria.

En el acuerdo del concejo donde se autoriza la dación en pago del lote se contempla el valor de $770 millones los cuales son dados por 770 acciones de 1 millón de pesos, es decir, el municipio iniciaba su participación con 770 acciones de las 1.650 que inicialmente se habían autorizado por la asamblea general de accionistas de la terminal de transportes de Melgar.  En nueva reunión de asamblea general  se autoriza la emisión de nuevas acciones hasta 3.500 millones y se invita al municipio para participar comprando acciones, cosa que no sucedió y otros interesados compran, entre esos la gobernación del Tolima con 500 acciones. Se produce otra nueva autorización para llegar a 7.500 acciones, del capital autorizado, en las cuales no participan las entidades oficiales, pero sí las compran los interesados en el proyecto, es decir los transportadores; en estas condiciones del casi 49% que inicialmente tenía el municipio y con las acciones del departamento solo quedan con el 20% del total accionario en las entidades oficiales.

Para tener en cuenta el tema accionario, es importante conocer del derecho societario y un poco de cómo funciona el tema de la participación accionaria, es donde se vislumbra el por qué se pierde porcentaje accionario; cuando se autoriza la emisión de acciones por parte de la asamblea general de accionistas, también se entiende que todos los socios tienen derecho de comprar más acciones, por esta razón quien más compra, más acciones y participación tiene.

Por la mínima participación accionaria de las entidades oficiales y la mayoría en manos de particulares, la sociedad se regirá por el código de comercio como empresa privada.

Inicialmente se registra la transacción y en la oficina de registro de instrumentos públicos se determina la matricula inmobiliaria No. 366- 37516, que es por la cual autoriza el concejo la creación de la sociedad y la dación del terreno por las acciones. Cuando ya opera la sociedad se requiere comprar otra extensión de terreno a la sociedad  Comercializadora Inversiones Acosta Novoa e hijos Limitada sociedad en Comandita, es necesario incluirla en el lote inicial y por supuesto se produce un nuevo registro el cual aparece en la oficina de Instrumentos públicos con la matricula inmobiliaria No. 366 – 40170, la cual crea la confusión, al pedir con el proyecto de acuerdo la ratificación de las facultades al alcalde. 

Al conocerse el error de la matricula inmobiliaria se le pide a los concejales se haga la aclaración modificatoria, y la directora de la oficina de Planeación, autorizada por el ejecutivo, pide se devuelva el proyecto a la comisión para hacer la correspondiente modificación y se autorizaba las sesiones extraordinarias para su estudio y aprobación. Los honorables concejales del grupo opositor en su afán de hundir el proyecto y perjudicar la sociedad, no aceptan ninguna de las fórmulas propuestas y en votación final del proyecto deciden archivarlo.

Se quejaban los concejales que la obra debía ser entregada a finales del mes de noviembre del año pasado, pero se les olvida que es una empresa de carácter privado que no está sujeta al vencimiento de plazos acordados y que es de soporte y decisión de la Junta directiva prorrogar el plazo y sobre todo la consecución de los recursos para terminar la construcción que a la fecha lleva un avance del 75%. No era nada más que la aclaración de un tema de registro, que solicita el banco crediticio  para garantizar el crédito que sería otorgado a la sociedad y con esto terminar la obra.

El desconocimiento por parte de algunos concejales del derecho societario y de la participación del municipio en esta sociedad, ha hecho que por parte de las barras que han sido invitadas a las sesiones, se produzca una algarabía y una manifestación de alegría como si lo logrado por los honorables concejales de la nueva coalición Opción Conservadora fuera lo mejor para Melgar.

El retraso de la obra afecta la buena imagen del concejo al no garantizar jurídicamente las decisiones, y por supuesto a la comunidad porque al no  terminarse las obras se perjudica el desarrollo del municipio, el comercio, a los inversionistas, y quedamos ante el país como una ciudad que por defender posiciones políticas no se preocupa por el bienestar de la región, la ciudad y sus gentes.