martes, 17 de mayo de 2016

Ya no más abuso de los gota gota.

No produce sino rabia y desconcierto la decisión que por culpa de los gota gota tomó el comerciante de Melgar Noé Rodríguez, propietario de la Joyería  y almacén Londres; su desespero por la constante persecución y amenazas desde hace dos años, por la difícil situación comercial, tuvo que optar por este recurso, para lo que creía era la  solución a sus problemas económicos, cuando no hubo una entidad bancaria que le ayudara para amortiguar la caída del comercio en el municipio y por su puesto la falta de liquidez.

El negocio del gota gota se popularizó en Melgar, un sistema crediticio ilegal y de usura que tomó auge como consecuencia del acoso a que se ven enfrentados los comerciantes, acosados por los compromisos tienen que llegar a tomar la determinación de recurrir a este sistema, para en parte solucionar sus problemas, pero sin pensar, que pueden  perder sus negocios, el hogar y la estabilidad emocional.
Motociclistas cobradores mal encarados, aparentemente armados, que pasan de casa en casa, de negocio en negocio, son lo único visible del gota a gota, pagadiario o cobradiario, como se le llama dependiendo de la región  donde se esté, a ese crédito callejero con altos intereses.
En un juego inverso al de las pirámides, que ofrece altos intereses para quien les deje plata, cobran en promedio 20 por ciento al mes por lo que prestan, es decir casi 18 veces más de lo legal.  
En el Estado, reconoce la Superintendencia Financiera, no hay una entidad encargada de vigilar el gota a gota. Son los jueces, previa denuncia de los afectados, los que deben determinar si hay usura, pero la gente que toma los préstamos está entre la necesidad y el miedo.



Noé Rodríguez en el día de ayer después de tener un altercado en las horas de la mañana con estos cobradores, hacia las dos de la tarde decidió tomar la determinación de acabar con su vida, primero lo quiso hacer con la sábana, ahorcándose, pero al  no lograrlo decidió tomarse un ácido que tenía en su casa; lo cual hizo que lo trasladaran al hospital local donde fue inicialmente atendido, pero pasando los minutos su cuerpo se iba quemando internamente, lo que produce su muerte después de ser atendido en una clínica de Girardot, a donde fue remitido.

Antes de tomar la decisión dejo una carta donde explica a sus familiares la determinación y  el por qué, donde hace referencia al tema de los gota gota, donde dice que lo acabaron comercialmente a él y a su hogar, lo dejaron en situación difícil para poder cumplirles, y le pide al alcalde de Melgar, su amigo, que tome medidas para acabar con este flagelo que está acabando con el comercio local.
Es urgente que las autoridades tomen medidas drásticas para acabar con el sistema de usura que ahoga a los comerciantes cuando no pueden cumplir, y son amenazados, como lo contó una comerciante de un barrio de Melgar, donde  dice que se alcanzó con tres de estos cobradores y le dieron como plazo dos días o de lo contrario atentarían con la vida de su hijo.


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