martes, 29 de marzo de 2016

A Melgar se le acabó su cuarto de hora.

Que el decreto de Semana Santa para bajar el volumen a los equipos fue el culpable que el turismo no viniera a Melgar. Que Melgar no tiene una política pública turística. Que la Alcaldía y Secretaría de Turismo no cuenta con personal capacitado y competente en esta área. Que Melgar no tiene turismo alternativo. Que los visitantes ya se cansaron de buscar lugares para parquear y a cambio soportar los abusos de tránsito por falta de verdaderos planes de choque y contingencia. Que las autoridades están manejando el turismo de manera improvisada. Todo esto y muchas verdades más salen a flote, al hacer un balance del por qué no vinieron los turistas a Melgar en Semana Santa.

Ahora si nos tocó enfrentar lo que por  años se venían temiendo, que a Melgar lo dejaran rezagado en los planes familiares de turismo, a cambio se ha disparado el turismo de rumba, acompañado de prostitución, drogas, inseguridad, contaminación auditiva, caos y desorden, abusos de autoridad con alto grado de soberbia, prepotencia, arrogancia y fuerza desmedida, y muchos etcéteras más.

Si empezamos con los comerciantes bien se sabe que Melgar es la ciudad más costosa para hacer turismo, el exagerado costo de los hoteles, el altísimo precio de los restaurantes acompañado del mal servicio y malas prácticas de higiene, el alto costo de los arrendamientos, la actividad de los rebuscadores como “guías hoteleros” como ruedas sueltas por la ausencia del ente encargado del turismo, la tan acostumbrada avionada del mesero al presentar la cuenta. El desorden y abuso en el alto costo del servicio del transporte público urbano e intermunicipal, pues las autoridades se dedican más a la represión que a la socialización, control y organización;  la inseguridad y los constantes robos y atracos al turista. La falta de alternativas de un turismo diferente a la piscina y rumba, donde el turista pueda con su familia  disfrutar del paseo al campo, con turismo ecológico y agroturismo. La eficiencia de la mal llamada caseta turística, como guía deja mucho que desear, aunque tratan de vender una buena imagen, saben que la realidad es otra.

Se nos olvidó que con la nueva generación de doble calzada que acerca las ciudades, los turistas que antaño venían a Melgar prefieren destinos diferentes, donde no se sientan atracados con los altos precios, el mal servicio, los abusos tanto de comerciantes como de autoridades; donde tengan oportunidad de disfrutar  algo diferente a piscina, rumba, drogas y prostitución. A Melgar no lo espera  sino una revisión urgente del compromiso de autoridades, comerciantes, hoteleros, restauranteros, transportadores y todos los operadores turísticos, para diseñar estrategias con agencias turísticas que se preocupen por Melgar y no para promocionar turismo a la costa y el eje cafetero, como algunos dirigentes nuestros que aprovechan el vínculo con la administración para lucrarse personalmente y olvidar su objetivo que debe ser Melgar.

En esta semana santa, es de aplaudir la organización, el trabajo y la operación desplegada por la empresa encargada del aseo, atrás quedaron las montañas de basura que se veía alrededor del parque, centro, y en general por todas las vías del municipio, de ese municipio que otrora fuera uno de los destinos turísticos preferidos, al que hoy se le está acabando su cuartico de hora.

SOLUCIONES: tomar conciencia, corregir los errores, crear estrategias tanto comerciales como publicitarias; hay que invertir, no solamente recoger, hay que cambiar porque los turistas ya nos están cambiando, y nuestros vecinos que también viven del turismo ya se pusieron las pilas y están aprovechando nuestras debilidades.

A la gallina de los huevos de oro le estamos dañando la huevera, los comerciantes y la administración municipal tienen las opciones, ayudarla a revivir o simplemente acabarla de matar para un sancocho… el sancocho más caro en la historia de Melgar.