A mediados del año 2011 decía el
alcalde Eduardo Táutiva, que no quería estar en los zapatos del alcalde que le
tocara administrar Melgar en el año 2016, porque se tenía que enfrentar con los
problemas derivados del manejo de los recursos de regalías por parte del Gobierno
Nacional, ya que disminuirían notablemente y además no se podría usar para
pagar transporte ni alimentación escolar.
Ahora le toca al alcalde del
2016, Miguel Parra, enfrentar esta cruda pero real verdad, los recursos de
regalías no se pueden utilizar para proyectos diferentes a inversión, es decir,
no se pueden utilizar para transporte ni
para alimentación escolar.
Ayer en rueda de prensa, decía el
alcalde, que con excedente del contrato de transporte del año pasado y una
adición al mismo, había logrado prestar el servicio, pero quedaba pendiente que
las OCAD (órgano colegiado de administración de los recursos de regalías), en
reunión a efectuarse el 5 de abril decidan aprobarle el proyecto para utilizar
los recursos que existen en el municipio y de esta manera responder por el
transporte escolar, por lo menos para este año; si por el contrario no se
aprueba, solo se prestaría el servicio hasta el día 8 de Abril de este año.
Grave situación se le presenta al
alcalde, por la costumbre del servicio y la ayuda para evitar la deserción
escolar, pero la decisión del Gobierno Nacional
es de “obligatorio cumplimiento”.
Además el tema de la alimentación
escolar es más complejo, por la decisión tomada en el gobierno departamental al
reducir notablemente el cupo para los niños(as) de Melgar y la entrega de un refrigerio
que se hace a través de un contratista, cambiando totalmente el menú que recibían los niños, y que ahora por la calidad, estos
lo rechazan, ya que el nuevo está compuesto por bienestarina y pan. El alcalde
ha propuesto que con el fin de mejorar la calidad y cantidad de los refrigerios
se aúnan los esfuerzos de la administración departamental y municipal.
Esfuerzo el que deben hacer los padres de familia si no son aprobados
los recursos para sostener el servicio del transporte, y volver a los viejos
tiempos de responder y conseguir los medios para que sus hijos puedan llegar
hasta las instituciones educativas, y además desempolvar las tan recordadas
loncheras.