Despertemos y salvemos el río
Sumapáz o estamos fritos.
… “Pues a yo de eso no sé muy bien, pero desde mi forma de entender, el
río es como una persona, si le perforan una vena, para canalizar el cauce de su
sangre, así como dicen que van hacer unos túneles, tarde que temprano terminará
desangrándose, y muriendo entonces, todo el cuerpo, toda la piel… mejor dicho
se muere ese Todo del cual hace Parte ese río o esa vena. Nuestro río Sumapáz
lo es todo, es la vena más grande del páramo del Sumapáz y el páramo es el más
grande del mundo, según dicen. Nosotros estamos aquí para defenderlo, amarlo y
protegerlo. No tanto para nosotros, sino para nuestros hijos, nietos, bisnietos
y los demás que vengan”. Abuelo campesino de la Zona de Reserva Campesina
de Cabrera, Vereda Peñas Blancas.
Desde el año 2008, la
Multinacional EMGESA ha venido promoviendo la construcción de una central
hidroeléctrica en la región del Sumapáz, cuya proyección inicial contemplaba
una hidroeléctrica a pie de presa y 14 mini-centrales hidroeléctricas ubicadas
a lo largo de la cuenca alta del río Sumapáz. Debido al pronunciamiento y al
rechazo por parte de las comunidades campesinas que habitan este territorio, la
empresa EMGESA replanteó los estudios técnicos del proyecto disponiendo tres
puntos de captación de energía sin embalse, optando por la formulación de
mini-hidroeléctricas a filo de agua, sin requerimiento de inundación, pero que
generaría un impacto mucho mayor, dado la extensión del área de influencia del
proyecto, que en este caso, afectaría alrededor de 70.000 personas
pertenecientes a municipios de Cundinamarca y del Tolima (Cabrera, Venecia,
Pandi, Icononzo y Melgar). Según EMGESA, la construcción de ocho mini-centrales
a filo de agua generará una medida anual cercana a los 1.000 GWh/año, la cual
estaría dispuesta al mercado transnacional y a la profundización de la
explotación, exploración y extracción minero-energética en otras partes del
territorio. Además, el proyecto incluirá una línea de transmisión de 115 kV,
con 40 Km en circuito doble y 11 km en circuito sencillo.
El 10 de septiembre de 2008 la
empresa EMGESA S.A solicitó ante la Autoridad Nacional de Licencias
Ambientales, el inicio de trámite de Licencia Ambiental para el proyecto
denominado, en un principio, “Proyecto integrado de mini-centrales en la cuenca
del río Sumapáz”. En el año 2012 y sin manifestar una justificación clara, la
empresa multinacional cambió el nombre y varios detalles del proyecto. Con el
título de “Proyecto Hidroeléctrico Sumapáz” se excluyeron como áreas de
influencia Arbeláez y Villarrica en el departamento del Tolima; se dividió el
proyecto en dos fases y se eliminó el embalse en la primera cadena de
generación en La Unión (ANLA, NDA 0271). La primera fase comprendería tres
cadenas de generación con ocho casas de máquinas o “mini-centrales” a filo de
agua, con una capacidad de generación instalada de 160 MW. Mientras la segunda
fase comprendería las seis casas de máquinas restantes de las 14 establecidas
en el proyecto anterior. Para septiembre de 2012 la consultora de ingenieros
INGETEC ya había realizado los estudios de pre factibilidad, factibilidad y el
estudio de impacto ambiental (EIA) de la primera fase del proyecto (ANLA, NDA
0271). Con todos estos cambios y replanteamientos, en el 6 de agosto de 2013 la
empresa multinacional cambia nuevamente el nombre al proyecto, ahora titulado
como “Proyecto Hidroeléctrico El Paso”. De esta manera, este proyecto
contendría la misma estructura del anterior, pero camuflando su denominación, a
fin de que la comunidad no pudiera informarse oportunamente, y a su vez,
limitando el ejercicio de los mecanismos de exigibilidad social y jurídica, a
la participación de las comunidades frente a la planeación y toma de decisiones
en su territorio. (Comité de impulso de la zona de reserva campesina del
sumapaz).
Además de la construcción de
las mini centrales hidroeléctricas la Autoridad Nacional de Licencias
Ambientales, en contravía de lo que el gobierno dice de la mitigación,
protección, conservación de la naturaleza y las amplias campañas que desde el
Ministerio de Ambiente se desplegan, ésta entidad entregó varias licencias,
permisos y trámites ambientales para la extracción de material del rio Sumapáz
cuyo objeto del proyecto
“es realizar la exploración técnica y explotación económica de yacimientos de materiales de construcción y
demás concesibles en el valle del río Sumapáz en jurisdicción de los Municipios
de Nilo en el Departamento de Cundinamarca y Melgar en el departamento del
Tolima”. Para esto se concedieron varias concesiones desde Boquerón hasta la
desembocadura del río en el Magdalena, con el control ambiental de la CAR y
Cortolima, pero permitiendo que se acabaran con las islas que servían de
soporte a las corrientes del río, pero además la extracción de piedra, ha
permitido que el río cambie su cauce perjudicando las comunidades que de él
dependen como el municipio de Melgar, donde se encuentra la planta de succión
del agua para su acueducto, igual para el fuerte de Tolemaida y la Fuerza Aérea
y clubes como cafam, además de varios
acueductos para condominios que se encuentran en la ribera del rio.
Las comunidades organizadas de
Cabrera, Venecia, Arbeláez, Icononzo y Melgar, han estado pendientes del
desarrollo de los anteriores proyectos y concesiones, pero parece que sin
muchos resultados, porque llega la aplanadora del gobierno con sus entidades
ambientales e imponen su voluntad a costa del futuro de sus habitantes, para
favorecer la locomotora minera.
Es importante estar pendiente de la amenaza inminente, actual y
certera de despojo, expropiación, desplazamiento forzado, destrucción y
contaminación del río, ecosistemas frágiles y de especial protección como los
páramos, sub-paramos, área de influencia de yacimientos acuíferos y de
estrellas fluviales, en la región de la Cuenca Media del Río Sumapáz. ¡Despertemos y salvemos el rio!