miércoles, 13 de abril de 2016

Chao chao, adiós a La Colorada



A unos pocos kilómetros de Melgar hacia Bogotá se encuentra la vereda La Colorada, este sitio más conocido como el prostíbulo de Melgar, ha sido por años el encuentro de los jóvenes no solamente de Melgar sino del ejército acantonado en Tolemaida. Hace años antes que el río se tragara su ribera y antes que la concesión llegara, era el centro de la diversión, de la prostítución y el vicio; a este sitio llegaban mujeres jóvenes, bien presentadas y agraciadas, donde se pasaba una buena noche de farra, sexo y una que otra oportunidad de inicio de amores con alguno de los soldados de la patria.

Hasta allí llegaban en la madrugada todos los que en Melgar decidían tomarse unos traguitos y después se iban a conseguir el rato de amor con una de las jovencitas del eje cafetero, o antioqueñas que por temporadas llegaban. Es muy recordado en el sitio un personaje melgarense que desde muy joven llegaba a disfrutar y hasta se empelotaba para demostrar su felicidad y alegría y por su puesto con la euforia, su capacidad de amante.

Con el paso de los años y la llegada de la delincuencia al sector, es frecuente escuchar que mataron un soldado, que antes lo convencieron de entrar a una habitación donde lo robaron y después verlo sacar por estos sujetos hasta el río para asesinarlo y dejar que la corriente lo arrastrara. Son varios los muertos especialmente soldados,  según relatos de algunos residentes, que se pierden en el olvido porque en Melgar no se conoce ni siquiera de su levantamiento ya que la corriente lo lleva y lo deposita en los límites del municipio de Nilo y son las autoridades de ese municipio quienes hacen los levantamientos de los cadáveres.

Es frecuente escuchar que en ese sitio se negocia no solo con sexo, drogas, sino con armas y munición que cambian los soldados o a veces otros miembros de la institución armada, por droga o el pago del rato de placer con las mujeres.

La Colorada hoy en día tiende a desaparecer porque las construcciones en el sitio son mínimas y se encuentran casi a merced de la corriente del Sumapáz, el constante control de las autoridades para contrarrestar el mercado de las drogas, y la prohibición de los altos mandos para que los soldados vayan a ese sector;  además la construcción al frente de la Terminal de Transportes de Melgar, todo ello suma para que se esté acabando el que otrora fuera el centro de prostitución o la zona roja de Melgar.

Otro factor que ha venido ayudando a la muerte del sector, es el traslado disimulado de la zona de prostitución hacia el sector de la mal llamada avenida cafam, o Coloradita, traduciéndose en mal ejemplo para familias y habitantes que  pasan a diario por allí, y ven como en varios de estos locales se exhiben las féminas con sus trajes y cuerpos  provocativos.  

Algunos suspiran con tristeza, otros felices, especialmente novias y esposas; lo cierto es que a La Colorada le están diciendo desde ya: ¡Chao, Chao, Adiós!