miércoles, 27 de abril de 2016

Nos jodimos, nos está venciendo la delincuencia.


Es frecuente en Melgar escuchar que asaltaron a fulana, que atracaron la quinta, que robaron la tienda de la vecina, que en la casa de tal expenden vicio, que lastima del chino tan sano que era, que esa jovencita tan linda y en esas. Pero solo comentamos pero no actuamos y es la razón para que Melgar este viviendo una época de inseguridad.

Para nadie es un secreto que existen pandillas de jóvenes y otras más organizadas en los barrios La Laguna, El Balso, El Mirador, Galán alto y bajo, El Icacal, Las Vegas, que son dirigidas por mercaderes de la inocencia de los niños y jóvenes, que por falta de control y disciplina en sus hogares terminan fácilmente inducidos al vicio y después a la delincuencia.

La autoridad, y me refiero especialmente a la policía, cumple su misión de controlar, detener y presentar ante la autoridad competente para la investigación, y si es el caso judicialización de estos delincuentes, pero se encuentran con casos donde la autoridad como tal los deja en libertad con argumentos como, no es un peligro para la sociedad, no tiene antecedentes, o no hay espacio en las cárceles. Un  fin de semana no es raro que por falta del funcionario encargado para legalizar la detención, como es el caso de los fiscales que se ausentan del sitio y solo con una llamada dan la orden de libertad, quedando la autoridad de policía burlada por el delincuente; o casos de jueces que dan la libertad  aunque en ocasiones ellos mismos han conocido de los antecedentes del sujeto y pareciera que por su calidad de garantista no alcanzan a dimensionar la peligrosidad del sujeto como en algunos casos bien conocidos con el de los Gama.

Melgar perdió la mejor oportunidad para haber desmontado estos grupos que se han instalado en diferentes sitios de la ciudad, por el desgraciado incidente donde dos de los funcionarios de la Sijin terminaron involucrados en un caso de extorsión y por esa razón fueron traslados el jefe y los demás miembros del grupo investigador de la Sijin, trasladando los casos a funcionarios nuevos en el municipio, y que por falta de conocer los cabecillas y sus integrantes, los sitios de operación, el modus operandi, y la poca colaboración de los fiscales para ordenar los allanamientos y capturas, quedaron en receso y hasta que conozcan lo anteriormente descrito no podrán acabar los focos de delincuencia en la ciudad.

La policía tiene dotación, aumento del pie de fuerza, comandantes  que hace unos meses demostraron efectividad en las operaciones y sobre todo el respaldo absoluto de la administración municipal y la colaboración de la comunidad.

Melgar espera limpieza delincuencial, que se pueda salir a pasear por sus calles, que se puedan aprovechar los pocos espacios para esparcimiento y recreación, que se controle de manera efectiva los puntos de distribución de estupefacientes y si es el caso llegar hasta la expropiación de esos bienes donde se expenda el vicio.

La comunidad debe prestar toda su colaboración para informar de los sitios y las personas involucradas en el negocio de estupefacientes y los cabecillas de las bandas dedicadas al robo, asalto, atraco, y no esperar hasta que un familiar cercano termine involucrado con el consumo y distribución, o haciendo parte de la ola de inseguridad en el municipio.


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