Es
frecuente en Melgar escuchar que asaltaron a fulana, que atracaron la quinta,
que robaron la tienda de la vecina, que en la casa de tal expenden vicio, que
lastima del chino tan sano que era, que esa jovencita tan linda y en esas. Pero
solo comentamos pero no actuamos y es la razón para que Melgar este viviendo
una época de inseguridad.
Para
nadie es un secreto que existen pandillas de jóvenes y otras más organizadas en
los barrios La Laguna, El Balso, El Mirador, Galán alto y bajo, El Icacal, Las
Vegas, que son dirigidas por mercaderes de la inocencia de los niños y jóvenes,
que por falta de control y disciplina en sus hogares terminan fácilmente
inducidos al vicio y después a la delincuencia.
La
autoridad, y me refiero especialmente a la policía, cumple su misión de
controlar, detener y presentar ante la autoridad competente para la
investigación, y si es el caso judicialización de estos delincuentes, pero se
encuentran con casos donde la autoridad como tal los deja en libertad con
argumentos como, no es un peligro para la sociedad, no tiene antecedentes, o no
hay espacio en las cárceles. Un fin de
semana no es raro que por falta del funcionario encargado para legalizar la
detención, como es el caso de los fiscales que se ausentan del sitio y solo con
una llamada dan la orden de libertad, quedando la autoridad de policía burlada
por el delincuente; o casos de jueces que dan la libertad aunque en ocasiones ellos mismos han conocido
de los antecedentes del sujeto y pareciera que por su calidad de garantista no
alcanzan a dimensionar la peligrosidad del sujeto como en algunos casos bien
conocidos con el de los Gama.
Melgar
perdió la mejor oportunidad para haber desmontado estos grupos que se han
instalado en diferentes sitios de la ciudad, por el desgraciado incidente donde
dos de los funcionarios de la Sijin terminaron involucrados en un caso de
extorsión y por esa razón fueron traslados el jefe y los demás miembros del
grupo investigador de la Sijin, trasladando los casos a funcionarios nuevos en el
municipio, y que por falta de conocer los cabecillas y sus integrantes, los
sitios de operación, el modus operandi, y la poca colaboración de los fiscales
para ordenar los allanamientos y capturas, quedaron en receso y hasta que
conozcan lo anteriormente descrito no podrán acabar los focos de delincuencia
en la ciudad.
La
policía tiene dotación, aumento del pie de fuerza, comandantes que hace unos meses demostraron efectividad
en las operaciones y sobre todo el respaldo absoluto de la administración
municipal y la colaboración de la comunidad.
Melgar
espera limpieza delincuencial, que se pueda salir a pasear por sus calles, que
se puedan aprovechar los pocos espacios para esparcimiento y recreación, que se
controle de manera efectiva los puntos de distribución de estupefacientes y si
es el caso llegar hasta la expropiación de esos bienes donde se expenda el
vicio.
La
comunidad debe prestar toda su colaboración para informar de los sitios y las
personas involucradas en el negocio de estupefacientes y los cabecillas de las
bandas dedicadas al robo, asalto, atraco, y no esperar hasta que un familiar
cercano termine involucrado con el consumo y distribución, o haciendo parte de
la ola de inseguridad en el municipio.
Implementación Post: Garzón Medios Gráficos